Quiero confinarte en mi escritura
aunque madre ya hayas muerto,
digo esto sometido a la amargura
con el corazón completamente yerto.
Fuiste tú quien me brindo esta
vida,
cultivaste en mí la paciencia, el
amor y la dulzura.
En tu interior fuiste derrotada;
más no vencida;
mostrando siempre fortaleza
como la más grande y fuerte armadura.
¡Eras tan hermosa como un lucero!
Tu cabellera lisa; tus ojos
claros y profundos;
tu piel morena era como la brisa
de enero y
tus manos, en un abrazo, unían
todos los mundos.
Aquí tus hijos recordamos, paso a
paso,
la manera como labraste nuestro
porvenir;
y a pesar de que la vida no nos
mostró tu ocaso
esperamos que con este sacrificio
te veamos algún día venir.
Observo tu fotografía, y espero
que nuestros cuerpos moren
bajo una misma lápida los dos.
Aunque con fortuna mi muerte tus
ojos no lloren,
tras la amargura de si habértelos
cerrado yo.
Le doy gracias a Dios por tu existencia que hermoso poema a mi madre felicitaciones tqm
ResponderEliminar