lunes, 13 de diciembre de 2021

ADHESIÓN (Poema)

 

Cuando nos abriga la desidia,

en medio de las más leves pesadumbres,

va apareciendo el apego, silenciosamente, a cada minuto

en nuestra vida, sedimentándose en lo más profundo

como una más de las costumbres.

 

La noche es condescendiente a su osadía.

El frio, el miedo, el llanto, son su lumbre.

Las horas pasan; el alma padece en su abadía,

el corazón se rinde, el ensueño baja de su cumbre.

 

Los labios hablan de la quimera que mordían,

los ojos gimen; lloran con hambre;

el hambre roe,  invadía el odio entre la piel;

y en aquel momento de apostasía, nuestro ser ya sentía la verdadera pesadumbre.

 

De pronto, tocas a la puerta, en la abadí,

Abro, te observo.  El caos permite que me asombre.

Avasallas mi interior, lunática soledad,

cuando la aurora nos presenta el día;

¡Despierta,  entonces, toda mi lucidez,

para comprender la soledad de un hombre!

 

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